Hace unas semanas hablábamos de una curiosa máquina koreana llamada Ocoo y destacaba que ahora mismo es un aparato para aventureros. No hay prácticamente recetas occidentales publicadas, y las posibilidades creativas que deja entrever la Ocoo son enormes. Pues bien, este post quiere ser nuestro granito de arena para ampliar el recetario ocoociano.
De todas formas, veréis que la receta en sí es bastante sencilla , y si no tenéis la Ocoo (como el 99’999% de la gente) podéis hacerlo metiendo el molde con la masa al baño maría en el horno a 150ºC durante unos 60 minutos. Luego lo dejáis en el horno apagado con la puerta entreabierta unos diez minutos y luego lo desmoldáis. ¡Y listo!
Si no habéis visto nunca el bamboleo del pastel de queso japonés os será difícil de entender la pecaminosidad de esta receta. Su tambaleo se ha convertido en un fenómeno viral en las redes y la gente hace colas interminables en la calle para comprar un ejemplar en Osaka. Se trata de un pastel muy suave y esponjoso sin mucho más secreto que unas claras montadas y una cocción suave.
Tradicionalmente se hace cocinándolo al baño maría en el horno, pero aprovechando que teníamos de prueba la Ocoo decidimos intentar hacerlo con ella. El resultado es genial. La Ocoo permite cocer el pastel suavemente al vapor y el resultado es delicioso. Lo único es que el pastel no queda dorado como en la receta tradicional, algo que se puede corregir fácilmente poniendo unos minutos el pastel en el gratinador.
Y sin más rodeos, la receta.
Pastel de queso japonés
Tiempo de preparación: 20 minutos · Tiempo de cocción 105 min · Temperatura: 90ºC
Ingredientes:
- 375g queso
- 90g mantequilla
- 210ml leche
- 9 yemas
- 9 claras
- 1 cucharadita y media de sal
- Zumo limón
- 90 gr harina trigo
- 90g maicena
- 180 azúcar
Mezclamos la mantequilla a temperatura ambiente con el queso crema y la leche en un bol con un batidor.
A continuación le añadimos una a una las yemas de huevo. Le añadimos un chorrito de zumo de limón.
Tamizamos la mezcla de harina y maizena y se la vamos añadiendo a la mezcla.
Por otro lado montamos las claras a punto de nieve y le añadimos poco a poco el azúcar.
Añadimos en varias tandas las claras montadas a la otra mezcla y vamos haciendo movimientos envolventes con una lengua de silicona o una espátula para que nos quede bien esponjoso.
Engrasamos la base de la cazuela de la Ocoo con mantequilla y forramos la pared con papel de horno.
Vertemos la masa en el molde y lo tapamos con la tapa, cuyo interior también forraremos con papel de horno.
Ponemos agua en el depósito de la Ocoo y la cerramos.
La programamos a 90ºC durante 115 minutos.
Ponemos el gratinador del horno a 180ºC.
Acabada la cocción llevamos el recipiente de la Ocoo al horno para dorar el pastel.
Cuando tenga el color deseado lo sacamos del horno y esperamos 10 minutos antes de desmoldarlo con cuidado.
¡Es entonces cuando podrás ver el efecto bamboleante del pastel!
Déjalo enfriar completamente y mételo en la nevera 3 horas antes de comerlo.
Hola! En el título habláis de “con Occo o sin”. EN la receta, tiro a faltar el oubto donde explicáis el “sin”. Gracias!
Hola Juan!! Pues en el segundo párrafo lo explico: «De todas formas, veréis que la receta en sí es bastante sencilla , y si no tenéis la Ocoo (como el 99’999% de la gente) podéis hacerlo metiendo el molde con la masa al baño maría en el horno a 150ºC durante unos 60 minutos. Luego lo dejáis en el horno apagado con la puerta entreabierta unos diez minutos y luego lo desmoldáis. ¡Y listo!» Un saludo!
Jooooe! Eso me pasa por ir directo a la explicación y no leer. Muchas gracias por la respuesta por la receta. Os adoro! Y perdonadme.
Jajaja… ¡no hay problema!