Hasta no hace mucho leer en la carta que un plato estaba hecho «a baja temperatura» significaba que estábamos en un restaurante de autor y automáticamente el precio del plato se multiplicaba por dos. Pues bien, eso ya no es así. ¡Y me alegro enormemente!
Hace ya algún tiempo oí hablar del restaurante 65 grados en Murcia. Se trata de un restaurante con una propuesta muy original y muy afín a nuestro blog: la inmensa mayoría de los platos están cocinados a 65 grados (jugando con más o menos tiempo según del producto del que se trate). Pero lo realmente novedoso para mi es el hecho de desmitificar la baja temperatura para ofrecer un menú desenfadado y ajustado de precio, acercando las virtudes de la cocción a baja temperatura a todo el mundo.
Nos invitaron a probar el restaurante que han abierto recientemente en Madrid y aprovechando una escapada a la capital fuimos a probarlo. Se encuentra en la zona del Bernabéu y es un local informal y desenfadado.
La carta tiene un poco de todo, lo que demuestra que hay baja temperatura para todos los gustos. Desde el tío que sale del gimnasio y quiere comerse una pechuga de pollo jugosa cocinada sous vide sin nada de grasa, hasta el grupo de amigos que quiere pringarse las manos con un pecaminoso costillar de cerdo con salsa barbacoa.
El funcionamiento de restaurante es este: tienen refrigerados y envasados al vacío los productos que previamente han cocinado las horas que haga falta. En cuanto reciben el pedido, calientan unos minutos el producto en un baño de agua caliente y una vez calentado se marca a la plancha. Puede sonar a «comida precocinada», pero lo único que hacen es ahorrar tiempo para la preparación final, y el resultado será todavía más delicioso porque en verdad está cocinado sin prisas.
Empezamos probando el salmorejo (4,30€) y estaba buenísimo (no, no hay baja temperatura aquí). El pulpo a la gallega (7,70€) estaba tierno y crujiente al mismo tiempo. Muy bueno. La ventresca de atún en escabeche (8,60€) nos encantó: estaba suave y con el punto justo de vinagre. La costeleta de Black Angus (13,60€) me sorprendió menos, aunque hay que decir que las salsas eran originales y muy buenas.
De postre probamos la piña cocinada con hierbabuena (2,20€) y me pareció un postre genial. Ligero, sorprendente y sabroso. ¡No voy a tardar en hacerlo en casa!
Visto lo visto y comido lo comido me reafirmo con lo que he dicho al principio. Nos encanta que la baja temperatura se sirva en mantel de papel y que el sous vide entre en los menús de diario.
¡Gracias amigos de 65 grados y larga vida a la cocina a baja temperatura para todos!