El otro día me enamoré de unas zanahorias moradas. Flechazo a primera vista. Era una mañana de lunes lluviosa y otoñal cuando entré en una frutería… (vale, aquí nos saltan las dudas de qué hace este tío un lunes por la mañana entrando en una frutería y no en el curro o en el metro atestado de gente… -permitidme que los detalles íntimos y dudosos de esta historia mía con las zanahorias queden en privado-). Os sigo contando. Mis ojos color miel (forma romántica de llamar al marrón común de toda la vida) se clavaron en su color violáceo. A partir de ahí me imaginé llevándomelas a casa para hacer mil maravillas con ellas.
Y aquí viene el dato friqui del post: ¿Sabéis por qué la mayoría de zanahorias son anaranjadas? Pues aunque cueste de creer fue por motivos políticos. En el siglo XVI los agricultores holandeses empezaron a cultivar variedades anaranjadas para que coincidiese el color con el de la casa real holandesa de Orange. Era su manera de homenajear a Guillermo de Orange, líder de la lucha independentista de Holanda respecto a la corona española.
De hecho, se duda que antes del siglo XVI ni siquiera existieran zanahorias que no fueran blancas, amarillas o moradas. Así que si en una serie o película ambientada en la edad media ves unas perfectas zanahorias naranjas es que muy probablemente estés delante de un gazapo en toda regla.
Me he ido por los cerros de Úbeda.
Volviendo a la receta: con un colorido como el de estas zanahorias hemos planteado el plato como un cuadro: unas pinceladas de queso feta, unos brochazos de crema de anacardos, unas gotas de aceite y mirin y unos polvos de pimienta y sal para acabar esta magna obra. ¡Por supuesto puedes hacer el plato con zanahorias pro independencia de Holanda y el plato estará exquisito también!
La crema de anacardos es realmente sencilla de hacer y el resultado es una salsita cremosa y con un punto dulce que combina con casi todo: para acompañar una carne, aderezar una ensalada o para mezclar con una crema de calabaza o de verduras… ¡y lo que se te ocurra!
Vamos allá, ¡veréis que receta más fácil y resultona!
Zanahorias moradas sous vide con crema de anacardos y queso feta
Tiempo de preparación: 5 min · Tiempo de cocción: 45 min · Temperatura: 85ºC · Tiempo total: 50 min
Ingredientes:
- 4 o 5 zanahorias moradas
- 50g de queso feta (aprox)
- 1 taza de anacardos
- 1/2 taza de agua hirviendo
- aceite de oliva virgen extra
- un chorrito de Mirin
Ponemos el circulador en marcha a 85ºC.
Lavamos las zanahorias, las pelamos y las troceamos por la mitad a lo largo (o en cuartos si son muy gordas).
Metemos las zanahorias en una bolsa de cocción junto con una pizca de sal, un chorrito de aceite y otro de Mirin. Hacemos el vacío.
Metemos la bolsa en el agua a 85ºC y las dejamos ahí durante 45 minutos.
Mientras tanto preparamos la crema de anacardos: metemos los anacardos en el vaso de una batidora con una pizca de sal. Echamos el agua hirviendo y los dejamos en remojo unos 10 minutos.
A continuación trituramos los anacardos a máxima velocidad hasta obtener una crema suave. Si la queremos un poco más líquida añadimos algo más de agua.
Pasados los 45 minutos sacamos las zanahorias de la bolsa y las servimos en una fuente con sus jugos de la cocción.
Desmenuzamos el queso feta con los dedos y lo extendemos por encima de las zanahorias.
Con la ayuda de una cuchara vamos salpicando las zanahorias con la crema de anacardos.
Añadimos un poquito más de aceite y pimienta al gusto… ¡y a comer!