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Natillas sous vide con ruibarbo y crumble

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La semana pasada publicamos la receta de ruibarbo a baja temperatura pensado que sería una frikada que interesaría a pocos. Acabamos viendo que efectivamente era una frikada, pero que sois muchos los frikis como nosotros que han visto o probado un montón de recetas americanas, británicas o nórdicas con ruibarbo.

Hoy seguiremos con el segundo fascículo: cómo combinar ese ruibarbo sous vide con unas natillas cocinadas a baja temperatura y añadirle un crumble para darle un punto crujiente. ¡Seguid leyendo y os contamos!

Sí, este apio adulterado es ruibarbo.

Una de esas recetas clásicas británicas es el ruibarbo con custard. Nosotros la hemos adaptado cambiando la crema inglesa por nuestras natillas.

Ya subimos esta receta de crema inglesa, pero hoy buscamos una textura menos líquida, más parecida a las natillas que hemos tomado toda la vida.

¡Allá que vamos!

Ruibarbo, crumble y natilla a punto de ser devorados.

Natillas sous vide con ruibarbo y crumble

Tiempo de preparación: 15 min · Tiempo de cocción: 1h · Temperatura: 82ºC · Tiempo total: 1h 15min

Ingredientes:

Para las natillas:

Para el crumble:

100g de harina

45g de azúcar

1/2 cucharadita de levadura

60g de mantequilla derretida

 

Salvo la xantana (que es opcional) los ingredientes de las natillas son más básicos que un seat panda.

Aquí tenéis cómo preparar el ruibarbo.

Ponemos el circulador en marcha a 82ºC.

Separamos las yemas de los 8 huevos.

Yemas que no falten.

Metemos las yemas en el vaso alto para triturar y añadimos la leche, la crema de leche, el azúcar, la pizca de sal y la cucharadita de xantana (no es obligatorio, pero ayuda a darle cuerpo a las natillas).

Preparando el cocktail.

Abrimos la vaina de vainilla y extraemos la pulpa de su interior con la punta de un cuchillo. Añadimos la pulpa al vaso para triturar.

Desvainillando la vaina de vainilla.

Trituramos bien toda la mezcla y colamos el resultado.

Aquí colando la mezcla.

Vertemos la mezcla en el interior de los vasos.

Y aquí llenando los botecitos.

Con la ayuda de unas pinzas o un guante de silicona metemos con cuidado los vasos en el baño a 82ºC. ¡Ojo que quema!

Dejamos los botes en el baño durante 45 minutos.

Sacamos los botes vigilando no quemarnos. Los dejamos 10 minutos a temperatura ambiente y los acabamos de enfriar en agua con hielo.

A continuación los podemos guardar en la nevera durante aproximadamente una semana.

Aquí podemos observar las natillas bañándose.

Mientras se hacen las natillas podemos preparar el crumble (de hecho podemos hacer tanto el crumble como las natillas cuando mejor nos vaya y tenerlo todo listo con días de antelación para servirlo cuando creamos conveniente).

Ponemos el horno a calentar a 180ºC

Tamizamos la harina y la levadura. Agregamos el azúcar y mezclamos con un tenedor.

Añadimos la mantequilla derretida y lo mezclamos todo con un tenedor hasta conseguir unas migas secas.

Ponemos la mezcla en una fuente para el horno y lo horneamos hasta que adquiera un bonito tono tostado, abriendo de tanto en tanto para desmenuzar el crumble con la ayuda de un tenedor.

Crumble salidito del horno.

Sacamos el crumble del horno y lo dejamos enfriar. Lo reservamos en un tupper o en un bote hermético para que no se humedezca.

Y… ¡Ya lo tenemos todo!

Ahora solo queda la presentación: abrimos el bote de las natillas y mezclamos bien el interior con una cucharita.

Si consigues evitar comerte la natilla directamente del bote puedes servirla en un plato hondo.

Vertemos las natillas en un plato hondo. Colocamos el ruibarbo como más nos guste y añadimos por encima el crumble.

¡Esperamos que os guste!

Esto es un postre de lux y lo demás son tonterías.
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